Hoy fue una clase muy esperada ya que la profesora ya nos había contado la clase anterior lo que íbamos a hacer. Partio medio confusa ya que nos dividieron por pares e impares y algunas listas unos eran pares y en otras otros lo eran por lo que no se sabia muy bien a donde había que ir. Habían dos posibilidades, uno ir y comenzar el blog y otra comenzar a hacer la mascara. Por suerte a mi me toco hacer la mascara ya que estaba muy ansiosa por hacerla y también porque el otro grupo no pudo avanzar por una mala coordinación de las salas.
Luego de todo esto pudimos comenzar, yo en mi colegio ya había hecho mascaras de yeso por lo cual ya sabia cómo se hacían, fue por esto que comencé yo haciendole la mascara a mi amiga y compañera Daniza Corovick. Fue impresionante la confianza y tranquilidad que tuvo ella mientras le ponía pedazo por pedazo y tira por tira los yesos sobre la cara. Al lado mío estaba la Jose que, al contrario de la Dani, se reía todo el rato por lo que para Felipe fue mas complicado hacerla. Bueno, trate de hacerla con la mayor dedicación posible y que quedara lo mejor posible pero al mismo tiempo tratando de cuidar a mi compañera de que no se manchara ni chorreara con agua ni nada para que se sintiera segura porque al estar con los ojos tapados y la boca también es una sensación muy extraña e insegura. Luego de todo, se seco la mascara y con la profesora se la pudimos sacar.
Ahora me toca a mi! me puse los papelillos en los ojos, y la Dani comenzó a ponerme las tiras de yeso sobre la cara, para mi no es fácil ya que al reirme mucho y ser muy movediza no es fácil quedarme tranquila pero trate de hacer lo mejor posible para lograrlo. La sensación de no poder ver ni hablar me hizo pensar en las personas que realmente no pueden hacerlo, lo difícil que debe ser confiar en las personas y en el mundo que los rodea. Bueno como decía antes trate de quedarme tranquila pero, no lo logre... al sacarme la mascara mi boca estaba llena de yeso y mi cara y mi pelo también casi todo chorreado con agua y cochino.
Bueno para finalizar la clase ayude a hacer la mascara de la Mari, que ella al ayudar a tantos grupos casi no alcanzo a que se la hicieran. Después de esto ordenamos todo, limpiamos y nos fuimos.
Fue una clase muy entretenida en la que pudimos compartir, reirnos y jugar pero al mismo tiempo también tuvimos tiempo para reflexionar, pensar y vivir en silencio por lo menos por diez minutos. Me gusto mucho la actividad y mas me gusta pensar que esa mascara la vamos a decorar y adornar con un significado especial. Aprendí y reforcé el confiar y el tranquilizarme.
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